No había forma de que entendiera: insistía como un niño malcriado en hacer las cosas a su modo, como alguien que no pudiera siquiera sospechar que existieran otros deseos, además de los propios. Fue entonces que nació de ella el grito: se gestó desde la rebeldía aguantada en su garganta, pero no hubo presencia ni tribunal que intercediera… Lilith quedó sola entre su deseo y Elohim, y para poder ser, debió dejar de ser quien era. Comenzó a ser otra/s, allá, en el rojo mar* (* Texto de ficción: Lilián Toledo; fuente: Los mitos hebreos de Robert Graves y Raphael Patai).
EDITORAIAL BIBLIOBARRIO / ASTROMULO 2022
$400