El trabajo asalariado ha dejado de ser la relación social predominante del sistema capitalista. a globalización excluyente ha llevado la injusticia social a tal extremo que ser explotado en las condiciones legales vigentes parece ser un verdadero privilegio.
Las conquistas del movimiento obrero son casi piezas de museo, patrimonio de una porción cada vez más pequeña de la clase trabajadora. La mayoría de nuestros compañeros no tiene un patrón que quiera comprar su fuerza de trabajo y pagar por ella un salario de convenio. Sin embargo, resisten la exclusión del sistema socieconomómico. No viven de «la magra asistencia», se inventaron su propio trabajo, en los barrios populares, en el subsuelo de la Patria, en las periferias olvidadas.
En este proceso de trabajo, organización y lucha, iremos sembrando en la consciencia, el corazón y la experiencia de todos nosotros, la semilla de un nuevo paradigma social: enfrentar al «dios dinero», superar el capitalismo y construir un mundo nuevo con Tierra, Techo y Trabajo para todos.
Juan Grabois